No pensaba subir la receta, pero después de pasar un rato tan agradable preparándolas no vi por qué no.
*Perdonar las fotos pero están hechas con el móvl!
Ingredientes (para aproximadamente 10, nosotros hicimos 40!)
- 215 gr. de harina de trigo
- 1 huevo
- 1 sobre de gasificante
- 1/2 vaso de aceite de oliva
- 1/2 vaso de licor de anís
Preparación
Batimos bien el huevo en un bol, agregamos el aceite y el anís. Aparte, mezclamos la harina con el gasificante. Añadimos cucharada a cucharada la harina a la mezcla de huevo y vamos integrándola bien.
*Lo mezclaron todo con un tenedor, yo no paraba de pensar: ''con unas varillas será mejor y más fácil...van a quedar grumos''. ¡Pues no! Quedó sin ningún grumo, muy uniforme y una masa muy lisa. Yo no daba crédito. A veces los utensilios sencillos de siempre son los mejores para algunas recetas.
Una vez incorporada toda la harina ponemos la masa en una mesa y amasamos un poco más con las manos. La volvemos a poner en el bol y la dejamos reposar 30-40 minutos
*Para que se junten bien todos los ingredientes y sea más manejable después (¡no lo había oído nunca!).
Pasado el tiempo vamos cogiendo pellizcos de masa y haciendo bolitas (no más grande de lo que nos quepa en la mano). Enharinamos muy bien la superficie sobre la que vayamos a trabajar y vamos extendiendo las bolitas con un rodillo lo más finas posible, cuanto más finas mejor.
*Si se rompen un poco no pasa nada por que al hacerlas no se notará.
*Si tenéis una máquina para hacer pasta o para alisar el fondant os vendrá genial, ellos lo hacían así y era muy fácil.
Ponemos una sartén honda o una hoya grande con bastante aceite de girasol para freír. Necesitamos un palo grueso, tradicionalmente se hace con una caña de azúcar.
*Como alternativa pensé que quizá podéis usar la punta de un rodillo de madera. Si no tenéis nada con lo que hacerlo podéis arrugarlas en la sartén y quedarán muy graciosas.
Una vez el aceite esté bien caliente ponemos una lámina de masa y rápidamente ponemos la caña de azúcar suavemente en el centro y vamos girándola formando una flor. A la vez con la espumadera o freidera vamos llevando la flor hasta el extremo de la sartén para hacer mejor la forma. Cuando la caña se pueda sacar del centro la sacamos y le damos la vuelta. Estará rígida y crujiente y la forma se quedará permanentemente. ¡Cuidado que se queman con facilidad!
*Hay que hacerlas de una en una, el proceso es un poco lento pero merece la pena!
Para comerlas únicamente ponemos un poco de miel por encima, dejando caer un poco más en el agujerito central. Y están cruijentemente delicosas.
Fue una experiencia súper gratificante por que todos pensaba que no me iban a salir en el momento de freírlas ya que es un poco complicado y al único que le sale es a Mr. J (su abuela le enseñó cuando era muy pequeño), pero después de observarlo un rato me lancé y me salió a la primera! Me faltó dar saltos de alegría por toda la cocina,¡qué orgullosa me sentí!.
Os grabé un vídeo del proceso de fritura por que es difícil de explicar y no sé si me habréis entendido muy bien. Es bastante chapuzero por que las condiciones no eran muy buenas, además de ser con el móvil. Pero bueno, así creo que os aclararéis mejor por muy malo que sea.
Espero que os haya gustado y que las probéis, si no es en esta Semana Santa en la próxima!
Besos de miel!
Ángela